ANTECEDENTES
La historia de Pollos Copacabana, empresa que se apresta a
celebrar sus 35 años de vida, bien puede servir de ejemplo de cómo transformar
una crisis en una oportunidad. Oscar Camacho, gerente general de la empresa,
recuerda los años 1978 y 1979 como épocas muy complicadas para la economía
boliviana y ello llevó a que la empresa hermana, Café Copacabana, buscara
nuevas oportunidades de negocios para enfrentar los cimbronazos económicos.
Una apuesta de locos
“El origen de Pollos Copacabana es una historia muy
interesante. A finales de los años 1970 había control de precios y luego en los
años 1982 y 1983 la inflación afectó la actividad de nuestro negocio de café.
Entonces, comenzamos a pensar en una segunda actividad para no depender
exclusivamente en el café. Tomé las riendas de ese proyecto pero la pregunta
era ¿qué hacer? ¿Cuál es esa nueva actividad? Teníamos varias alternativas y
nos decantamos por la comida rápida”, rememora Camacho.
Una vez que la empresa definió que se adentraría en el mundo
del fast food quedaba por definir qué harían, y fue entonces cuando el pollo se
impuso sobre las hamburguesas y las pizzas. Por entonces, las comidas en base a
pollo no eran populares en Bolivia. “Vimos que el pollo nos daba una
oportunidad en el mercado porque no había alternativas. Solo habían dos o tres
lugares muy pequeños que servían pollo, y hamburguesas había en todas las
esquinas”, analiza el gerente general.
Esto transformó la apuesta doblemente arriesgada, no solo
por el contexto económico, sino también porque no era un producto por entonces
popular y además había que importar maquinaria del exterior. “Recuerdo que por
el control en la economía tardamos 11 meses en obtener 22 mil dólares para la
importación de maquinaria. Recuerdo que cuando presenté el proyecto a Política
Cambiaria me dijeron: “estás loco, meterte con pollos”, afirma Camacho quien
demostró en el proceso la importancia de ser testarudo.
Así nació la parte económica del emprendimiento, pero la piedra
angular era la receta que le daría el alma al proyecto: el sabor. “Después de
muchas pruebas llegamos a una receta que es la que mantenemos hasta hoy. La
tenemos muy bien guardada y mucha gente ha tratado de investigar cómo la
hacemos”, dice el gerente de la empresa quien desde el principio recuerda que
se pusieron como objetivo ser los mejores en el rubro.
Con todos los elementos sobre la mesa comenzó la magia, que
tuvo su epicentro en un local de 40 metros cuadrados en La Paz atendido por 6
personas. El producto también quedó definido desde el principio, venderían
cuarto de pollo.
El día de la inauguración parecían no tenerlas todas
consigo, ya que en esa jornada fue secuestrado –por un día- el presidente de la
República por lo que había cierto nerviosismo en la gente, pero eso no impidió
que desde el día uno, Pollos Copacabana tuviera que enfrentar colas. Secuestro
aparte, el producto había pegado. Era el primero de julio de 1984.
Riesgo y disciplina
Pollos Copacabana nació con 6 empleados y en la actualidad
tiene más de 600. Desde el inicio, la empresa apostó por la calidad de los
recursos humanos y la prueba es que algunos de aquellos empleados iniciales aún
se mantienen, en la nómina hay trabajadores con 32 y 25 años de servicio. Se
trata de personal capacitado, que tiene todas las formalidades que obliga la
ley y al que le pagamos en fecha. “siempre tuvimos ese concepto de familia, de
respeto al empleado que es muy importante”, sostiene Camacho, consciente a su
vez que esto implica un esfuerzo importante, ya que en un tiempo en el que las
empresas encuentran facilidades en la sustitución tecnológica sobre la mano de
obra, esta empresa apuesta tanto en la inversión tecnológica como en la calidad
humana de su personal. Este es uno de los desafíos más complejos del mundo de
hoy, pero a lo largo de su historia la empresa tuvo otros. Y los superó
En el año 1998 la empresa enfrentó un desafío importante, ya
que ese año llegó McDonalds a Bolivia. Y no solo eso, sino que se instaló al
frente e impuso nuevas reglas de juego, en la que se trabajaba todos los días
de la semana y se regalaban juguetes a los niños, por ejemplo. “En vez de dar
un paso atrás peleamos duro y seguimos adelante frente a una transnacional, que
al final terminó cerrando su operación después de 5 años”, reflexiona Camacho
acerca de ese desafío, uno de los más importantes que enfrentó la empresa.
En la actualidad la cadena cuenta con 11 locales y desde el
principio, la idea era generar muchos puntos de venta. Esto implicaba riesgos,
porque ya habían otros jugadores internacionales en el mercado con gran espalda
financiera, pero la empresa siguió adelante, invirtiendo para mantener el pulso a nivel tecnológico y
de atención. “Un tema importante es la herencia de nuestro padres, y es que nos
han inculcado disciplina en todas las actividades y el respeto a las personas y
a las instituciones, eso te da mucha sabiduría para manejar el riesgo. Por
ejemplo, podríamos haber abierto 50 restaurantes pero nosotros somos cautos”,
explica el gerente general, quien prefiere siempre crecer de forma controlada y
manteniendo la calidad del servicio. Pero aun manteniendo esta previsión, la
verdad es que Pollos Copacabana tiene vocación de convertirse en una marca
nacional e incluso internacional, y para ello no descarta el sistema de
franquiciado.
Hoy Pollos Copacabana tiene presencia en La Paz, El Alto y
Santa Cruz, sin embargo su conocimiento es nacional. La prueba está en que no
falta ocasión de que algún visitante llegue hasta al mostrador pidiendo una
presa de pollo para llevarse, como si se tratara de un souvenir, en su valija.
Pero pese a estar inmersos en un proceso de inversión
continua en tecnología, los recursos humanos son otra parte importante de la
ecuación y de hecho la empresa tiene instalaciones para la capacitación del
personal. Antes de comenzar a trabajar en nuestra empresa, el personal pasa por
un período de entrenamiento para que tenga una idea clara de lo que debe y lo
que no debe hacer. Esto le da seguridad a las personas y tienen una experiencia
mucho más placentera en el lugar de trabajo. “Creemos que el recurso humano es
fundamental, de nada nos sirve tener el mejor producto si la gente que te
ofrece ese producto no está contenta y atiende de mala gana”, explica Camacho
quien sostiene que en la actualidad la empresa logró tener una rotación mínima
de personal.
Más que pollo
“Nosotros no vendemos un pedazo de pollo, estamos vendiendo
un sabor, estamos vendiendo la gentileza de las persona que atienden, estamos
vendiendo la limpieza del restaurante. Todo eso conforma algo que es la
confianza del consumidor”, afirma el gerente de la empresa.
Así se completa la otra parte de la ecuación de este éxito,
que es nada menos que el público. Los clientes de Pollos Copacabana son parte
de la dinámica de la empresa, a tal punto que debido a sus opiniones hay
productos que han cambiado o incluso desaparecido de la carta, al no encontrar
su aprobación. Este fue el caso de la llajwa. En un momento se buscó generar un
proceso más industrial y pasteurizado que diera aún mayores garantías, sin
embargo, el público exigió volver al sabor original y poco tiempo después se
volvió a la receta original. Y es ese es sólo un ejemplo, porque tampoco hay
que olvidar que la salsa de Pollos Copacabana a esta altura merecería
denominación de origen. Y es que en el fondo, sus consumidores no son solo
comensales sino perseguidores de sabores.
“La nuestra es una marca que ha llegado al corazón de
nuestros clientes, y solamente cuando tienes esa conexión logras que el cliente
se sienta parte de tu empresa, te está mirando al milímetro y no te da opción a
equivocarte. Lograr eso no es fácil, porque es algo que se construye día a día
durante años”, afirma Camacho que se siente al mando de una máquina que trabaja
todos los días del año.
Claro que en ocasiones hay que mostrarle al público que
cambiar no es tan malo. Cuando cortaron el cuarto de pollo en 8 presas se
generó una revolución, en realidad la medida fue tomada para facilitar a los
niños la manipulación de los alimentos. Al final, el acuerdo fue salomónico,
conviven las dos variantes en la carta. Esto demuestra hasta qué punto los
clientes están implicados en el día a día de la empresa.
A través de nuevos productos como la hamburguesa, la empresa
se ha conectado con el público millennial. Con la incorporación de ensaladas y
productos de cafetería, Pollos Copacabana ha ido ampliando su oferta al público.
La vida de esta empresa y su público se entrelaza a diario,
y es una historia que se construye en base a la constancia del lado de atrás y
la confianza del lado opuesto del mostrador. Hay un código y ambas partes lo
respetan.
Entonces, ante todo esta variedad de productos y de personas
que lo consumen, se impone una pregunta: ¿cómo es el cliente perfecto de Pollos
Copacabana? “No tenemos un cliente perfecto. Para nosotros todos los clientes
que tenemos son perfectos y nos debemos a cada uno de ellos”, concluye Camacho.
Y así, con la vista puesta en los dos lados del mostrador,
esta empresa celebra sus 35 años de historia con la mirada puesta en romper
fronteras, un camino tan duro como en el primer día. Pero tienen una
tranquilidad, saben que no están solos del otro lado del mostrador.
Reconocimientos que marcan
A lo largo de su historia Pollos Copacabana ha recibido una
larga lista de distinciones, a continuación resumimos algunas de ellas.
Premios recibidos del Gobierno Autónomo Gubernamental de
La Paz:
- Premio
La Paz Líder: Producto Paceñísimo, resultado de una votación de
la gente (2018)
- 2
Distinciones: Prócer Pedro Domingo Murillo en el Grado de Honor
Cívico (1999, 2014)
- Premio
Empresarial: A la Empresa Líder en Calidad - La Paz Líder (2008)
- Gobierno
Municipal de La Paz, Nominación: Empresa nominada como “El Sabor
del Bicentenario” (2009)
- Gobierno
Municipal La Paz, Premio Empresarial: A la Empresa Líder en
Gestión de Recursos Humanos (2009)
- Gobierno
Municipal de La Paz: Empresa Paceña Líder (2010)
Prefectura Departamento La Paz
- Medalla
de Oro: Prócer Pedro Domingo Murillo (1999)
- Medalla
de Oro: Orden Nuestra Sra. de La Paz en el Grado Oficial a
Empresa de Alimentos (2004)
10 Premios MAYA: Empresa Revelación Mejor
Empresa de Comida Rápida y Atención al Cliente (1999, 2000, 2003, 2004,
2009, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019)
10 Premios PAUL HARRIS del Rotary Club Chuquiago
Marka : A la Excelencia Empresarial (2005, 2007, 2011, 2012,
2013, 2015, 2016, 2017,2018, 2019)
9 Reconocimientos en el Ranking de Marcas de
Bolivian Business: Como “La Marca más Poderosa de La Paz”,
categoría restaurante de Comida Rápida (2007, 2008, 2011. 2012.
2013, 2014, 2015, 2016, 2017)
Grupo Nueva Economía:
- “100
Empresas con Mejor Reputación” “100 Empresas más Responsables y con Mejor
Gobierno Corporativo (2013, 2016)
- “100
Empresas con Mejor Reputación en Bolivia” (2014, 2015, 2016)
Coca Cola-Embol S.A. Reconocimientos:
- Por
el Desarrollo constante y Apoyo a la Industria (1999)
- Por
los 25 años de labor conjunta (2009)
The Bizz Awards Bolivia 2010:Mejor empresa en el
rubro de Comida Rápida (2010)
Latin American Quality Institute: “Premio
Empresa Boliviana del Año 2011”
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